La termoterapia es la aplicación de calor con fines terapéuticos. Existen diversas formas de aplicar este calor y, en general, lo que se busca es un efecto sedante, relajante.
Un aumento controlado de la temperatura produce:
- Vasodilatación. Aumento del flujo de sangre en la zona (hiperemia). La hiperemia tiene efecto analgésico (reduce el dolor), favorece la nutrición de los tejidos, la oxigenación celular, y la eliminación de productos de desecho.
- Disminución de la presión arterial debido a la vasodilatación.
- Efecto sedante, analgésico. El estímulo de calor de larga duración tiene efecto sedante, ya que favorece la relajación muscular, evita el espasmo muscular, alivia la fatiga y ralentiza la conducción nerviosa de estímulos dolorosos.
- Aumento de las defensas en todo el organismo.
- Disminución de la inflamación en inflamaciones subagudas y crónicas.
- Fluidifica las mucosidades.
Indicado para (entre otros):
Enfermedades osteomusculares y reumáticas
- Desgarros musculares
- Contracturas musculares
- Espasmos
- Dolores menstruales
- Dolores gástricos
- Tendinosis
- Bursitis
- Trastornos de la circulación periférica
- Fibromialgia
- Dolores reumáticos aubagudos y crónicos
- Cólicos viscerales, como los nefríticos
