Según la Fundación Española del Corazón (FEC), hace falta tomar una serie de precauciones para evitar efectos adversos e irreversibles en el corazón. Por eso, en primer lugar, los músculos deben estar entrenados adecuadamente, también el corazón, que es el encargado de que la sangre llegue a todo el cuerpo. “La mejor manera de fortalecer el corazón es mediante ejercicio aeróbico”, señalan expertos de la FEC. Estas actividades reducen la tensión arterial y ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares. La clave está en ir poco a poco, tomando conciencia de los límites del cuerpo. De lo contrario, el ejercicio pasaría de ser beneficioso a suponer un riesgo cardiovascular.
Como todo, en exceso perjudica y así lo señalaba en el caso del ejercicio una investigación española con ratas publicada en 2011 en la revista Circulation. Los autores concluían que practicar actividades de resistencia de forma intensa y durante años podría ser, en algunos casos, perjudicial para el corazón. Podría provocar alteraciones en la estructura y función del corazón que favorecerían la aparición de arritmias.
Sin embargo, más que un daño generado por el ejercicio, la mayoría de los casos de muerte súbita se producen por enfermedades de los deportitas que no han sido detectadas, según explica José Luis Palma, vicepresidente de la FEC. “Cada año se producen en España 127 muertes súbitas en personas que hacen deporte. La mayoría tiene que ver por un problema cardiovascular oculto que no da la cara hasta que el ritmo del corazón se dispara por una actividad intensa”, señala este especialista.
Entre otras patologías que pueden conducir a la muerte si no se detectan están el prolapso de válvula mitral, la miocardiopatía hipertrófica obstructiva, la displasia arritmogénica del ventrículo derecho o el síndrome de Brugada. “Hay muchas personas que pueden tener problemas de este tipo que son serios si no se tratan adecuadamente”, explica Palma.
Para este cardiólogo es fundamental, además de realizar un entrenamiento progresivo, que las federaciones o las empresas que organizan estos maratones exijan certificados médicos que avalen el buen estado de salud de cada corredor. “En España algunas compañías ya los exigen, pero muchas otras no”.
Estos certificados se deben basar en la realización de una serie de pruebas necesarias para descartar la presencia de anomalías genéticas o alteraciones en la estructura del corazón. “Habitualmente se toma la tensión arterial, se ausculta el corazón con un fonendoscopio y se hace un electrocardiograma en reposo pero esto no es suficiente para conocer ciertas anomalías. En muchos casos hay que profundizar y hacer un electrocardiograma de esfuerzo, un holter y un ecocardiograma que es la prueba que nos sirve para conocer cómo está la estructura del corazón y descartar alguno de los problemas mencionados”, advierte Palma.
En aquellos casos en los que exista un antecedente de problemas cardiovasculares en la familia, el vicepresidente de la Fundación Española del Corazón, recomiendala realización de test genéticos.
“Con estas pruebas, los médicos nos posicionamos para dar un consejo a estas personas y orientarles sobre qué actividad deportiva pueden realizar para no poner en riesgo su vida. Hay que ser consciente de que el deporte de alta intensidad, como puede ser un maratón, no es ninguna tontería. Hay personas que, por sus características físicas y de salud, no tendrán problemas en practicarlo y otras que deben practicar otro tipo de ejercicio. Nosotros podemos orientarles adecuadamente”, concluye Palma.